¿EL CATOLICISMO ARGENTINO TIENE AUTORIDAD PARA IMPONER SU CRITERIO EN LA LEGISLACION SOBRE EL ABORTO AL RESTO DE LA SOCIEDAD?, por Javier Garin

 


Por Javier Garin





               Los debates sobre la despenalización del aborto suscitan una y otra vez las mismas reacciones fanatizadas y coléricas de los "dos bandos". 

                De un lado, quienes se oponen a la legalización, calificando a los adversarios de "asesinos de niños", "sirvientes del imperio", "globalistas", "partidarios del Plan Kissinger" y otras burradas por el estilo. Del otro, los exaltados que defienden el aborto como "un derecho" individual tan preeminente que ni siquiera admite la objeción de conciencia de los profesionales médicos e instituciones, sin perder oportunidad de vandalizar la fachada de alguna iglesia.

          Por suerte, hay una mayoría del pueblo argentino que aspira al primado de la cordura y a que haya un debate y una ley razonables y no bandas enfrentadas de cavernícolas.

              Pero lo que más me llama la atención es la postura de ciertos sectores autotitulados "nacionalismo católico", "católicos peronistas" y "nacionales y populares", que intentan apropiarse del campo popular pretendiendo convertir a Perón en la caricatura de un "chupacirios" y pasando al olvido los gravísimos enfrentamientos que éste tuvo con la jerarquía eclesiástica, que lo derrocó en el golpe cívico-militar-eclesiástico de 1955.

             Son los mismos que atribuyen a quienes propugnamos la despenalización del aborto el oscuro designio de "asesinar niños" y despoblar el país por obediencia a las instrucciones de George Soros, Kissinger, el Nuevo Orden Mundial, la Sinarquía, etc. 

            No les alcanza las imputación insultante de crímenes herodianos sino que tambien  invocan razones ideológicas basadas en un supuesto catolicismo de Perón y en pretendidas banderas "antiimperialistas" de un nacionalismo tan rancio como destemplado.

             Estas cuestiones merecen refrescar un poco la memoria.

LA IGLESIA, PERON Y EL GOLPE DE 1955

                  Hay que tener una imaginación tropical y frondosa para presentar a Perón como un "religioso" y un "católico".

                  Si bien Perón definió al justicialismo como "profundamente humanista y profundamente cristiano", ello no significa que fuera un movimiento confesional y mucho menos que su fundador tuviera una "militancia católica".

                 La profesión de fe de Perón era meramente formal y exterior, pues de lo contrario no podría haber protagonizado los graves enfretamientos que tuvo con la Iglesia, y que los católicos peronistas se esfuerzan por enterrar en el olvido, pese a que las cosas llegaron a tal punto que hasta se postuló su excomunión.

Ni siquiera se pensaba casar con Evita, y lo hizo por presión del Ejército, porque de lo contrario sus chances de llegar a Presidente habrían sido nulas.

               Sin duda, entre los sectores que conformaron la coalición que llevó a Perón a  su primera Presidencia se encontraba la Iglesia; su Doctrina Social fue adoptada por el peronismo e incorporada  a la Constitución de 1949 a través de la influencia y el prestigio del Dr. Arturo J. Sampay, distinguido jurista del catolicismo, seguidor de Jacques Maritain. Entre otras concesiones, Perón facilitó a la Iglesia, en esa primera etapa, la educación religiosa en las escuelas, eterna aspiración de los sectores clericales y ultramontanos.

              Sin embargo, esa alianza se rompió pocos años después. La ruptura comenzó a evidenciarse con la fundación del insignificante Partido Demócrata Cristiano, que el líder justicialista observó como señal de la intención de la Iglesia de abandonar el barco y pasarse a la oposición o al menos de construir su propio proyecto de poder.

Perón no sólo no fue militante católico sino que rompió con ella en medio de tan graves y espectaculares conflictos que la jerarquía católica participó activamente en su derrocamiento y promovió su excomunión. Nada de esto recuerdan hoy los católicos peronistas que quieren monopolizar su figura.

Respetuoso de todas las religiones, siempre miró con desconfianza los apetitos de poder de la Iglesia, a la que llamaba "LA QUINTA SINARQUÍA". Los que hablan de la sinarquía de Soros omiten decir que Perón consideraba a la Iglesia una sinarquía equiparable a la de la masonería internacional. De hecho, la Iglesia fue la primera institución realmente universal y "globalista" desde el año 50 después de Cristo, cuando el Concilio de Jerusalén, bajo la dirección de Santiago el Justo, resolvió aceptar la incorporación de los paganos incircuncisos. Algunos atribuyen a Perón, en este enfrentamiento, la intención de crear una "Iglesia Nacional" al estilo de la Iglesia Anglicana, obra del nacionalismo de Enrique VIII.

Debemos regresar a mediados de los años cincuenta del siglo XX para recordar que los mismos católicos fervientes que hoy se pretenden "los dueños de Perón" decían que éste era masón y que tenía la cabeza lavada por su ministro Armando Méndez San Martín, quien supuestamente lo había afiliado a una logia.

Eso se agudizó a partir de la sanción del divorcio vincular (Ley 14.394) y la prohibición de la enseñanza religiosa en las escuelas (ley 14,401). Ambas leyes "sacrílegas" -luego derogadas por el dictador católico Lonardi- fueron aprobadas por el Congreso dominado por el peronismo y por indicación directa de Perón, el Diablo. Fue Perón y no Alfonsín el introductor del Divorcio Vincular en el país.

Y además cometió otra herejía terrible para los hipócritas "chupacirios", con la que se ganó su odio inextinguible: la equiparacion de los hijos extramatrimoniales: medida de justicia que los sectores "tradicionalistas" (siempre viviendo en la Edad Media) consideraban que iba a destruir a la familia legítima, conformada por el marido macho, la esposa obediente y los hijos matrimoniales. (Los hijos que el marido macho tenía fuera del matrimonio eran "ilegítimos", parias criados por sus madres "ilegítimas" que no fueron capaces de abortar, como fue el caso de la propia Evita).

El enfrentamiento alcanzó tales ribetes, que los católicos militantes se volcaron a militar contra Perón, hicieron la gigantesca marcha opositora del Corpus Christie, algunos de ellos integraron los comandos civiles que pusieron bombas en manifestaciones populares, asesinando a militantes peronistas, y bombardearon la Plaza de Mayo con aviones de la marina que en sus alas tenían la leyenda “Cristo Vence” y una cruz dentro de una V de victoria.

Los peronistas de entonces sabían muy bien que el golpe de Estado lo estaban preparando los mismos católicos que ahora dicen ser los más grandes peronistas, y por eso grupos de desaforados incendiaron unas cuantas iglesias: acto repudiable que no hace sino mostrar el punto al que había llegado este choque.

Desde los tiempos de Juan José Castelli y Monteagudo en el Alto Perú, año 1811, nunca se había vuelto a quemar una iglesia en la Argentina.

LUCES Y SOMBRAS DE LA IGLESIA

No escribo este artículo desde una perspectiva anti religiosa. Me he contado entre quienes repudiaron la actitud sectaria y difamatoria de Horacio Verbitszky contra el Papa Francisco al momento de su elección, publiqué entonces mi postura de apoyo al Papa y escribí capítulos muy laudatorios sobre los jesuitas y sobre Bergoglio en mi último libro.

Aunque no soy creyente, defiendo calurosamente a Jesús como uno de los mayores y más liberadores líderes de la humanidad de todos los tiempos, y reconozco los aportes de la Iglesia a través de los siglos.

Siempre, como historiador, he admitido que la iglesia, y en general el cristianismo, cumplieron un papel muy positivo en ayudar a moralizar la humanidad, instaurar la idea de igualdad y fraternidad de los hijos de Dios, eliminar horrores tales como el Circo Romano y la crucifixión, reivindicar a la mujer, al niño y a los humildes. No compro el verso liberal-protestante-burgués de la Iglesia oscura del medievo, ya que fue ella quien fundó las Universidades y salvó la cultura en medio de la barbarie y el legado de los libros antiguos en los monasterios, además de crear la maravillosa filosofía escolastica. En nuestro continente, defendió a los indios de los abusos y crímenes de los conquistadores, a través de la Compañía de Jesús, aunque otros religiosos avalaban y bendecían las matanzas, tal como relato en mi libro "ANTICRISTO, HISTORIA DE UNA PROFECÍA JESUÍTICA". A pesar de la historia negra de la Inquisicion, las guerras religiosas, las Cruzadas y todas las barbaries en que la Iglesia fue partícipe, el cristianismo produjo como legado unviersal los derechos humanos, que nacieron de las enseñanzas de Jesús -conservadas por milenios gracias a la Iglesia- y no del movimiento de la Ilustración.

Se trata de una institución humana, pero su papel fue en general más positivo que negativo. Mi rechazo se dirige a cuando desde esa institución se meten a intentar controlar el Estado, la educación y la vida privada.

La iglesia argentina, en particular, tuvo luces y sombras muy marcadas .

Durante la Revolución, el obispo Lúe, el obispo Orellana y el obispo de Salta fueron contrarrevolucionarios.

Como contrapartida, Manuel Belgrano fue uno de los mayores representantes del catolicismo revolucionario y patriota.

El Papa excomulgó a los independentistas latinoamericanos, pero hubo muchos curas y frailes patriotas acompañando la revolución por abajo.

La Asamblea del Año XIII se vio obligada a suprimir la Inquisicion y sentar las bases del Patronato Nacional para eliminar la dependencia del clero respecto del Papado, que estaba al servicio de la Santa Alianza.

En tiempos de la Constitución Nacional se hizo muy famoso Fray Mamerto Esquiu por haberse jugado en un sermón para defender la Constitución contra los católicos que querían desconocerla debido a que se oponían a la libertad de culto. El sermón de Esquiu fue uno de los actos más dignos y memorables del catolicismo liberal argentino.

A partir de la década del 30 la jerarquía de la Iglesia apoyó todos los golpes de Estado, especialmente el que derrocó a Perón. Puso de su seno a connotados "chupacirios" como Lonardi, Ongania y Videla. Hubo prelados dignos como Angellelli, Hesayne y Novak que no avalaron la política oficial y curas tercermundistas que se la jugaron a contramano de las jerarquías, pero estas estuvieron gravemente comprometidas en el apoyo a las peores dictaduras.

En el 2000, año del Jubileo, monseñor Estanislao Karlic y la Conferencia Episcopal Argentina hicieron un mea culpa muy notable, ante cien mil fieles reunidos en Córdoba,y pidieron perdón a Dios "por los silencios responsables y por la participación efectiva de muchos de sus hijos en el atropello a las libertades, en la tortura y la delación, en la persecución política y la intransigencia ideológica, en las luchas y las guerras y la muerte absurda que ensangrentaron el país".

Ello fue muy positivo, pero no borra el pasado histórico, ni elimina los bombardeos de 1955, ni las dictaduras, ni la reunión de la jerarquía con Videla la noche previa al golpe para bendecir la represión ilegal, que provocó el secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición decenas de miles de argentinos, ni hace olvidar a los sacerdotes como Von Wernich asistiendo a sesiones de torturas, ni borra  las amenazas del nuncio papal monseñor Calabresi en 1984 a los fiscales del Juicio a las Juntas para que no citaran a declarar a ningún obispo...

IGNORANCIA Y ULTRAMONTANISMO DE LOS LLAMADOS "NACIONALISTAS CATÓLICOS"

El nacionalismo argentino ha contado entre sus filas a muy poca gente realmente culta y esclarecida y a demasiados personajes elitistas, oligárquicos y oscurantistas que se escudaban detrás de la ideológía para disimular su pereza intelectual y su estupidez.

Excepcionales fueron los casos del gran escritor nacionalista, liberal y democrático Ricardo Rojas, o el insigne historiador liberal de tendencia rosista Adolfo Saldías, del cual se apropian los nacionalistas olvidando su verdadera filiación ideológica.

En general, el nacionalismo argentino ha sido tan ignorante y bruto que ni siquiera ha sabido crear sus propias bases intelectuales.

Para ser nacionalistas, algunos referentes intelectuales -admirados por quienes se llenan la boca calificando a los demás de "cipayos"- tuvieron que ir a buscar inspiración ideológica a Francia, al protofascista Charles Maurras, como hicieron los hermanos Irazusta, o pedirle prestadas ideas a José Antonio Primo de Rivera, o robárselas a Mussolini, como Carlos Ibarguren. No se les caía una...

Capítulo aparte merece el nacionalismo católico. Una muestra de su ignorancia la brinda el siguiente ejemplo bochornoso: el mayor pensador del "neotomismo" fue el francés Jacques Maritain, cuyas doctrinas hicieron época. En 1936 hizo una viista al país, invitado a exponer en los Cursos de Cultura Católica. Como no tomó partido a favor las masacres de Franco en España ni propuso el regreso a la Edad Media, sus palabras generaron malestar entre los trogloditas criollos. ¿Y alguien lo denunció por hereje? Sí, efectivamente. ¿Y quienes fueron? Los nacionalistas católicos argentinos, encabezados por ese energúmeno sectario y antisemita llamado cura Julio Menvielle.

Imagínese el lector este papelón monumental: una mentalidad estrecha y sectaria como el cura Menvielle se tomó la atribución de promover la excomunión por liberal, judío y comunista de ... ¡Jacques Maritain! Nada más y nada menos que el mayor filósofo vivo del catolicismo de entonces, el autor de "Humanismo integral" y quien puso las bases ideológicas de la democracia cristiana. Cuando el clamor nacionalista católico argentino de excomunión llegó al Vaticano, dicen que Su Santidad Pío XII, gran admirador de Maritain (al punto de adoptar sus doctrinas en el mensaje navideño de 1944, "Humanitas et Benignitas"), se desternilló de risa una semana entera ante semejante disparate.

En esos tiempos, el referente intelectual del catolicismo era el director de la revista "Criterio", Monseñor Gustavo J. Franceschi, quien no sólo defendió y bendijo a Franco, cuyas huestes acababan de fusilar a Federico García Lorca, sino que a partir de 1943 conformó, junto con Gustavo Martínez Zuviría, un dúo dedicado a perseguir desde el Estado las letras de los tangos, porque estabn en "lunfardo", ese dialecto de pobres...

¿Se comprende por qué Perón llamaba a esta patota de brutos “los piantavotos”? Perón era un hombre universal, formado en Plutarco, lector de todas las novedades del pensamiento, en diálogo con el mundo, promotor del Congreso de Filosofía de Mendoza. ¿Como no iba a reírse de esta manga de retrógrados ignorantes?

Muchos que hoy se dicen peronistas y nacionalistas son del estilo del sectario cura Menvielle: una horda de brutos, que no tienen idea de los debates del presente porque lo último que leyeron fue algún pasquín impresentable de ultra derecha atávica y cerril escrito en la nefasta década del treinta


SOSPECHOSOS EXCESOS DE CELO, FAVALORO Y SANTO TOMAS


Cuando veo las reacciones desmedidas de algunos varones ante el tema del aborto creo que acá hay algo más que prejuicios religiosos.

Se trasluce una profunda repugnancia a cuanto signifique sacar a la mujer del papel de hembra procreadora y amamantadora.Como además se oponen a la Educación Sexual Integral, se advierte que la política demográfica que postulan (para los demás) es: "un polvo, un hijo": total ellos, no los crían y ni siquiera se preocupan demasiado por la cuota alimentaria.

Se enojan sobremanera cuando se les recuerdan estas palabras del Dr. René Favaloro: "Los ricos defienden el aborto ilegal para mantenerlo en secreto y no pasar vergüenza. Estoy harto de que se nos mueran chicas pobres para que las ricas aborten en secreto. Se nos mueren nenas en las villas y en Sanatorios hacen fortunas sacándoles la vergüenza del vientre a las ricas. Con el divorcio decían que era el fin de la familia. Y sólo fue el fin de la vergüenza de los separados ilegales. Con el aborto legal no habrá mas ni menos abortos, habrá menos madres muertas. El resto es educar, no legislar".

Siempre adherí a la opinión de Favaloro. Jamás consideré el aborto como algo positivo y deseable, como un "derecho" individualista, sino como una desgracia social evitable mediante educación sexual integral (justamente el tipo de educación a la que muchos "anti aborto" se oponen con frenesís, pues la criminalización sólo conduce a los abortos clandestinos. Se debe legalizar porque no sirve obligar a las mujeres a practicarlo en la Carnicería del Mencho.

Los “anti -aborto- promuerte -de -mujeres -embarazadas -que- abortan -en -la -Carnicería -del Mencho” dicen que Rene Favaloro era un “genocida al servicio de Soros, Kissinger y el NOM”, pero cuando les duele un poquito el pecho piden gimoteando que por favor los lleven a hacerse un bypass. Que mueran las mujeres por abortos mal hechos vaya y pase, pero ellos no quieren morir y caen de rodillas con lágrimas en los ojos rogando que algún discípulo de Favaloro los salve del infarto...

En definitiva, el catolicismo y las restantes iglesias tienen todo el derecho a sostener su oposición pública al aborto y a intentar convencer a las mujeres, con razones y campañas, de que no aborten.

No tienen derecho a imponer sus posturas al resto de la sociedad a través de la ley.

Y mucho menos, sobre temas tan poco seguros en su definicion teológica como el momento en que el alma entra el embrión y lo constituye en ser humano. Durante casi 1900 años la Iglesia no se pronunció contra el aborto como un crimen capital, y adhirió a tesis como la de Santo Tomás de Aquino, de que el alma no ingresaba con la concepción sino en una etapa posterior del desarrollo embrionario. Fue recien en 1869 que el Papa Pío IX decretó la teoría del "alma desde la cocnepción". ¿Cómo saber cuándo estuvo en lo cierto? ¿En su postura actual o en la que sostuvo en los 1869 años anteriores a Pío IX?

¿Pueden las meras opiniones de fe, convertidas en dogma hoy y abandonadas mañana, fundar las políticas públicas, y además extenderse a personas que no profesan esa fe? Creo y espero que no.




Comentarios

  1. Excelente toda tu nota sobre la hipocresía de la Iglesia Católica. Coincido plenamente con tus denuncias a "curas'" apagaron los golpes de estado. Yo soy Budista desde hace años. Filosofía oriental donde se orienta a cada persona a respetar las ediciones del otro. Soy Radical pero estoy de acuerdo con vos en todo esto que expusiste.👋👋👋👋👋👋👋👋👋👋

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  2. https://www.youtube.com/watch?v=4VtKdpNjLIk

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  3. Garin confunde. Reduce la posición antiabortista a una cuestión católica, cuando, ante todo, es una cuestión de DDHH y de filosofía. De todas manreas la cuestión le queda grande a Garin por eso se despacha con argumentos débiles o falacias o que mean fuera del tarro.

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  4. Estación Garín, es un intelectual p do rro de cuarta...

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  5. Hola, muy lindo el artículo. Disiento en la forma de plantear el problema pero sin dudas aprendí algunas cosas.

    Es bueno!


    Saludos!

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