Por Javier Garin 1) LAICISMO SI, FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO NUNCA            Soy de quienes piensan, siguiendo una noble tradición argentina y occidental, que los gobiernos no deben subordinarse a los intereses de iglesias, dogmas o sectas.                     Ya lo enseñaba el filósofo judío Baruch Spinoza en su Tratado Teológico-Político: siempre que los fanáticos religiosos y la pandilla de teólogos de cualquier religión que sean se apoderan del poder del Estado, se acaba la libertad. Spinoza lo sabía muy bien. Por haber tenido la osadía de cuestionar las ridículas leyendas supremacistas de la Biblia hebrea -el Tanaj-, fue expulsado de la sinagoga y los bondadosos rabinos de Amsterdaam habrían contratado sicarios  para asesinarlo. Así tratan los fanáticos a quienes no aceptan sus oscurantistas y absurdas creencias que ellos llaman religión y que en realidad son antiguas supersticiones. ...