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LA HISTORIA DE MI ABUELO CAMILO PARTE 3 - LLEGADA A BUENOS AIRES, ESPIRITISMO Y MALOS TRATOS, FUGA DEL HOGAR - Por Javier Garin

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  Por Javier Garin Al quedarse sola en Cuba, los días de mi bisabuela Pilar debieron ser difíciles, porque se hizo aficionada a la ginebra o al ron barato, al principio para relajarse y dormir, y luego a toda hora. A mi abuelo no le gustaba hablar de estas cosas. Me costó muchas horas de conversación en su humilde cuartito poder arrancarle el fragmentario relato de estos hechos oscuros de su madre, que yo ya conocía a través de mi propia madre, pero no con detalle. Mi abuelo se explayaba con comodidad al hablar de toda su vida, menos cuando le dirigía alguna pregunta precisa sobre sus padres, o sobre su infancia antes de los once años, edad en que escapó para siempre del hogar. En La Habana, mi abuelo siguió al cuidado de una nodriza hasta que Pilar terminó de amamantar al hijo del patrón, y entonces se le permitió llevarlo consigo e instalarse en una modestísima piecita de pensión. Ya era lo suficientemente crecido como para conservar algunos recuerdos del tiempo pasado junto a su

LA HISTORIA DE MI ABUELO PARTE 2. DE CÓMO MI ABUELO FUE DESPRECIADO POR SU COLOR DE PIEL, ABANDONADO EN CUBA Y RESCATADO GRACIAS A UN MEDIUM Y DE CÓMO LLEGÓ A BUENOS AIRES, porJavier Garin

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    LA HISTORIA DE MI ABUELO CAMILO:  Entre espíritus y anarquistas (FRAGMENTO del capítulo 2 del libro "La enseñanza del jardinero ) PARTE 2:  DE CÓMO MI ABUELO FUE ABANDONADO EN CUBA Y RESCATADO GRACIAS A LA VISION DE UN MEDIUM Por Javier Garin Un hecho que produjo las más graves consecuencias en la vida de mi abuelo es que era muy, muy moreno. Pilar, delgada, blanca, rubia, de ojos azules, más parecía inglesa que peninsular. Manuel era rubio y de piel blanca, lo mismo que todos sus hermanos. No podía ignorarse el hecho de que nadie en la familia era tan moreno como Camilo. Pilar alegaba tener un abuelo morisco, pero no había fotografías para comprobarlo. A medida que Camilo fue creciendo, su cabello ensortijado resultó cada vez más llamativo. No es posible exagerar el daño que ello le ocasionó. Toda la vida lo llamaron “negro”, y este apelativo, que terminó aceptando con resignación, fue un emblema de desprecio que pesó siempre sobre él. Su color de piel parecía el perenn

EL DON DE MI MADRE, por Javier Garin (fragmento de la novela "La enseñanza del jardinero"

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  El don de mi madre Por Javier Garin                             “…he dicho, por ti y por mí, que la muerte no existe, que el mundo no es un caos, que es forma, unidad, plan, Vida Eterna, ¡Alegría!”   Walt Whitman     Mamá fue la última de la familia en tener el don. Lo heredó de mi abuelo Camilo, y éste de mi bisabuela Pilar. El don no se manifestaba de igual manera en cada uno de ellos.  Mi bisabuela conectaba fácilmente con los muertos. A veces sus trances eran tan intensos que los cuadros se caían de las paredes y la mesa redonda donde practicaba sus sesiones se volcaba y salía rodando de la habitación. Mi abuelo Camilo, el anarcosindicalista, además de combatir a amos y patrones en este mundo, confraternizaba con los oprimidos del otro mundo con ayuda de la Escuela Científica Basilio, hasta que mi abuela Nani le prohibió el espiritismo al ver que se posesionaba y ponía los ojos en blanco y garabateaba extraños y tenebrosos mensajes automáticos en una hoja. Pero, sobre todo, tenía