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LA VEJEZ DE NUESTRA GATA, por Javier Garin.

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Por Javier Garin. Dicen los entendidos en ciencia gatuna que los gatos de la edad de la nuestra son "gatos superancianos", porque ya traspasaron con creces las barreras de su expectativa de vida.  Sabemos hace tiempo que ella está vieja, aunque hace heroicos esfuerzos por disimularlo. No lo oculta por coquetería sino por un sentido innato de dignidad. Ella intenta mantener a toda costa su orgulloso porte, el gesto imperial, la postura de Esfinge que contempla indiferente el devenir de los siglos sobre las arenas del desierto. Quienes no aman a los gatos no pueden comprender este rasgo de su carácter: el orgullo. Los gatos son orgullosos, y por eso no acuden desesperados a complacer a sus "amos", como hacen los perros. Ellos no tienen amo. Si se sienten heridos por el maltrato de sus compañeros humanos, simplemente se van, o dan vuelta la cara para simular indiferencia... aunque tengan su pequeño corazon gatuno destrozado... Cuando están por morir, no es raro que se

EL POETA, EL ALBATROS Y LA LOCURA, por Javier Garin

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      por Javier Garin      Leyendo en el mundo virtual unos versos muy bellos escritos por un interno del Borda, vino a mi memoria un recuerdo ya borroso de mi lejana juventud.      He hecho demasiadas cosas en mi vida, más de las que puedo o quiero recordar; y, entre ellas, colaboré como voluntario en algunos hospitales para enfermos mentales, junto a unos amigos, estudiantes como yo de derecho.      Nada tiene que ver el derecho con la psiquiatría, pero como la novia de uno de mis compañeros estudiaba psicología y la habían invitado a sumarse a una experiencia terapéutica novedosa (era a fines de la dictadura y comienzos de la democracia: había muchas "experiencias novedosas" entonces), ella nos invitó a todos. Y fuimos. Estudiantes idealistas al fin, nos incorporamos con entusiasmo a colaborar en el Borda y en un servicio de psiquiatría que funcionaba en el Hospital Fernández con pacientes internados y otros ambulatorios.      Entre los internos destacaba un

BORGES Y GILGAMESH EL INMORTAL, por Javier Garin

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por Javier Garin      “Que yo recuerde, mis trabajos empezaron en un jardín de Tebas Hekatómpylos, cuando Diocleciano era emperador. “      Así comienza el hermoso cuento de Borges “El inmortal” . El protagonista, un militar romano, decide salir de Egipto en busca del “río secreto que purifica de la muerte a los hombres” a cuya orillas se erige la Ciudad de los Inmortales. Lo encuentra y se vuelve inmortal y conoce por propia experiencia aquello que los filósofos le habían advertido: “ dilatar la vida de los hombres era dilatar su agonía y multiplicar el número de sus muertes” . Sin poder morir, el inmortal borgeano atravesó la historia como un espectro, de siglo en siglo, de país en país: “ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal”.      Este cuento es de 1947. En 1969, el dibujante y guionista Lucho Olivera crea la que sería, junto a Nippur de Lagash, tal vez la mejor y e

EL ESPÍRITU DEL TAPADO (Otro cuento de luz mala), por Javier Garin

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Por Javier Garin 1     “Amada esposa:     "Junto a la carta de despedida que acabó de escribirte, te dejo esta postdata secreta.     "Mientras aguardo el amanecer, convencido de que nos asesinarán en cuanto abandonemos la posada, te confieso que he tenido el impulso de escapar, pero mi lealtad me impide dejar solo al General Quiroga. Aunque él mismo me ha dicho que no tengo obligación por no ser hombre de armas, ello es indigno de mi honor.     "El General cree que no ha nacido el hombre que haya de matarlo. Sin embargo, movido de un presentimiento, confióme un secreto y un encargo, que deposito en ti, para el caso de que no sobreviva.     ¨Todo riojano recuerda con tristeza cuando el General, derrotado, mandó enterrar en varios lugares los tesoros del ejército y los instrumentos de acuñación de moneda de oro y plata del cerro Famatina pertenecientes a La Ceca de La Rioja, para evitar que cayeran en manos de los salvajes inmundos unitarios que respondían a Paz

LA ENAMORADA DEL ARROYO (CUENTO DE LUZ MALA). Por Javier Garin.

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  Por Javier Garin 1      Anoche fuimos a la feria del otro pueblo, por los caminos de ripio, entre bosquecitos de eucaliptos y montes de talas y espinillos. Una media luna creciente ilustraba las colinas.  Vino en nuestro auto Susana, vecina de la colonia, nacida, criada y vivida aquí, viuda cercana a los setenta años. A ella le encanta ir a las ferias rurales.       Al pasar por el badén del arroyo cercano, Susana dijo:      -Acá es donde aparece la luz mala.      Reduje la velocidad y atravesamos el hilo de agua en silencio. Del lado derecho, en el remanso que se extiende como una pequeña laguna entre los árboles, imperaba una oscuridad total. Las frondas enmarañadas cerraban el paso a los rayos lunares. La sola idea de que una luz espectral pudiera aparecer en aquellas tinieblas resultaba inquietante. Apenas se oía el murmullo del agua.      Detrás de toda luz mala hay una historia. Pedí a Susana que nos la contara. Así supimos sobre la Enamorada del Arroyo. 2      Susana la conoci