REFUTACION DE LOS MITOS DENIGRATORIOS DEL "JESÚS HISTÓRICO" (primera parte), por Javier Garin

 



por Javier Garín



1) MITOS TEOLÓGICOS DE EXALTACIÓN Y MITOS SECULARES DE REBAJAMIENTO. APOLOGÉTICA CRISTIANA Y APOLOGÉTICA ANTICRISTIANA.

    Mi participación en polémicas de especialistas en un más que interesante grupo de debate y estudio del llamado "Jesús historico" me ha motivado para volver en esta serie de artículos algunas reflexiones y conclusiones acerca de la vida y doctrina de Jesús y de los mitos seudocientificistas que en torno a su figura se han construido en los últimos años.

    Para sintetizarlo: en Occidente hemos pasado de la divinización del hijo del carpintero, devenido primero Mesías, luego Hijo de Dios y finalmente Dios mismo preexistente desde toda la eternidad, en calidad de integrante de la Santísima Trinidad, ("mitos teológicos de exaltación") al ataque abierto o encubierto a su figura por motivos políticos e ideológicos ("mitos seculares de rebajamiento").

     Ambas posturas son inaceptables desde la ciencia histórica, pues esta requiere un mínimo de objetividad, no siempre fácil alrededor de una figura tan fundamental de la historia humana, y este requisito no puede cumplirse ni desde la fe del creyente (los cultores agnósticos del Jesús histórico la denominan "apologética cristiana") ni desde el odio o el prejuicio antirreligioso (lo denominaremos "apologética anticristiana" para aludir a una suerte de proselitismo ateo o agnóstico afincado sobre ataques tendenciosos a la figura jesuana desde el ámbito de la academia). 

    Ambas posturas conspiran contra un abordaje neutro del problema, ya que se encuentran supeditadas a intereses teológicos o político-ideológicos reñidos con la búsqueda de la verdad.

2)ORIGEN POLÍTICO E IDEOLÓGICO DE LA APOLOGÉTICA ANTICRISTIANA MODERNA

    La divinizacion de Jesús comenzó inmediatamente después de su muerte por parte de sus seguidores, y ya nos hemos ocupado de ella en otros artículos. Es parte del proceso de formación de la religión cristiana y tiende a ocultar el Jesús real bajo una densa capa de mitos teológicos que alcanzan su pináculo en el "logos" preexistente desde el comienzo de los tiempos, segun reza la introducción del Evangelio de Juan. Un humilde carpintero habría vivido como Dios desde toda la eternidad.

    La denigración sistemática de Jesús es un montaje político-ideológico de la burguesía que tuvo su comienzo durante la Ilustración, en el siglo XVIII, mediante lo que un historiador  ha denominado con acierto "el proceso al cristianismo". (Paul Hazard, ver su obra "El pensamiento europeo en el siglo XVIII", traducción castellana de Julián Marías, Madrid, Alianza, 1985 PAGINAS 15 A 91

    Se trataba de la tentativa deliberada de los líderes intelectuales de la burguesía de atacar al cristianismo en todas las líneas para destruir el poder de la Iglesia y minar su credibilidad, ya que era vista como una enemiga encarnizada del nuevo orden burgués. Voltaire, imitando a Catón, terminaba sus cartas con el lema equivalente a "destruid a Cartago",  que él había convertido en "Aplastad a la Infame". La Infame era la Iglesia. Esta defendía el antiguo orden, apoyaba los gremios, criticaba la usura y la riqueza (aunque no para sí) y era un obstáculo al desarrollo de las fuerzas productivas del naciente capitalismo.

     La burguesía se alió inicialmente con los monarcas absolutos de los principales países europeos buscando arrebatar a la Iglesia el control de la educación y la propiedad de las ingentes tierras de labranza que la codicia burguesa envidiaba. 

    La primera manifestación clara de esta política anticlerical fue la destrucción de la Compañía de Jesús, atribuyéndole los crímenes más increíbles. La expulsión de los jesuitas de América, para saquear sus estancias y misiones y entregarlas a manos de favoritos de la Corona a través de las Juntas de Temporalidades, bajo la falsa acusación de que estaban de acuerdo con Inglaterra y en contra de España, fue uno de los principales episodios de la conspiración antijesuítica mundial (que no se trata de una teoría conspiranoica sino de un hecho histórico bien probado). Proceso relatado en mi libro "Anticristo, historia de una profecía jesuítica sudamericana" (paginas 75 a 96, capítulo titulado "La conspiración antijesuítica mundial").

    Este fue sólo el preludio del ataque anticlerical mayor que se produjo cuando la burguesía decidió prescindir de sus aliados los reyes, decapitar a Luis XVI en Francia y confiscar a la Iglesia todas las tierras que acaparaba después de siglos de apropiarse de inmuebles mediante donaciones, cláusulas testamentarias, impuestos eclesiásticos, venta de indulgencias, simonía, etcétera. Por supuesto que tales confiscaciones no tuvieron por objeto entregar las tierras a las masas campesinas que las laboraban sino a los nuevos ricos burgueses que pasaron a convertirse de la noche a la mañana en terratenientes a la usanza de los antiguos nobles.

    La lucha anticlerical continuó durante los siglos siguientes, hasta devenir más una tradición liberal burguesa que una pelea política real, ya que la Iglesia perdió hoy toda relevancia práctica como factor de poder, reducida a una sombra de lo que fue en sus tiempos de esplendor. 

    El anticlericalismo fue heredado por las corrientes socialistas y comunistas que, de la mano de Marx y Engels, florecieron en Europa a partir de 1848. La religión se convirtió en el "opio de los pueblos", la medicina edulcorada mediante la cual las clases dominantes engañaban a las masas proletarias para mantenerlas en la miseria con la promesa de la bienaventuranza celestial.

    El socialismo y el comunismo nacientes, aunque enemigos de la teología, los clérigos y el idealismo filosófico, no podían disimular su deuda con las ideas igualitaristas y de justicia social del cristianismo primitivo, ni con los anuncios escatológicos de la Jerusalen celestial que pasaron a convertirse en el mito hegeliano-marxista del "fin de la historia" por la instauración del Reino de los Cielos en la tierra: la escatología utópica comunista, heredera directa de las profecías de Isaías, Daniel, Jesús y el Apocalipsis de San Juan.

    El ataque más furioso contra el cristianismo no provino  de los profetas comunistas sino del  profeta del imperialismo Fredrerick Nietszche, que a fines del siglo XIX proclamó la "Muerte de Dios" y el fin de la moralidad cristiana, una "moral de esclavos", un "invento judeocristiano" cuyo máximo símbolo era un cadalso, destinado a poner trabas al libre desarrollo de la personalidad de los fuertes en favos de los débiles y menesterosos, a quienes, según el profeta alemán, había que "ayudar a perecer" porque no eran aptos para la vida. Nueva versión exaltada del darwinismo social, la filosofía nietszcheana no tardaría en encarnarse en esos rampantes héroes arios, esos zaratustras de cabellos rubios que, emancipados de las argucias judaicas de un fantoche crucificado, llenarían Europa de guerra, muerte, destrucción y campos de exterminio destinados a todos los que ellos consideraban "malogrados", para "ayudarlos a perecer", según la expresión del vomitivo opúsculo "Anticristo":

    “¿Qué es lo más perjudicial que cualquier vicio? La acción compasiva hacia todos los fracasados y los débiles: el cristianismo.” 

     El profundo odio y desprecio de Nietszche hacia la figura de Jesús aparece expresado en otros párrafos de este libelo post mortem, donde rechaza la tentativa del escritor francés Ernesto Renán, en su "Vida de Jesús", de presentar al nazareno bajo la tipología del genio y del héroe. Ambos conceptos -dice el alemán- son "los más inapropiados que para esto puede haber";  "si hay algo no-evangélico es el concepto héroe. Cabalmente la antítesis de toda pugna, de todo sentirse-a-sí-mismo-en-lucha se ha vuelto aquí instinto: la incapacidad de oponer resistencia se convierte aquí en una moral («no resistas al mal», la frase más honda de los evangelios, su clave, en cierto sentido), la bienaventuranza en la paz, en la afabilidad en el no-poder-ser-enemigo. ¿Qué significa la «buena nueva»? La vida verdadera, la vida eterna está encontrada – no se la promete, está ahí, está dentro de vosotros: como vida en el amor, en el amor sin sustracción ni exclusión, sin distancia. Todo hombre es hijo de Dios –Jesús no reclama nada para sí solo– en cuanto hijo de Dios todo hombre es idéntico al otro… ¡Hacer de Jesús un héroe! ¡Y qué malentendido es sobre todo la palabra «genio»! Nada de nuestro concepto, de nuestro concepto cultural de «espíritu» tiene sentido alguno en el mundo en que Jesús vive. Dicho con el rigor del fisiólogo, aquí estaría en su lugar más bien, una palabra completamente distinta: la palabra idiota." Para Nietzsche, Jesús es un idiota al estilo del Príncipe Myshkin, el ingenuo protagonista de la novela "El idiota" de Dostoieski.

    En la actualidad, el anti cristianismo persiste como una corriente reaccionaria de derecha tecnocrática y racionalista que, bajo una apariencia liberal, de defensa de la ciencia y la razón, propugna la definitiva extinción de los "mitos cristianos", que hoy por hoy son el último reducto de resistencia humanista a la dominación global tecnocrática y a la desvatación planetaria

3)EL CIENTIFICISMO COMO NUEVA RELIGION Y EL REEMPLAZO DE MITOS IRRACIONALES PRIMITIVOS POR MITOS IRRACIONALES TECNOCRÁTICOS

    Hay una Nueva Religión Cientificista: la que exalta la "razón instrumental" sin medir las consecuencias ni reparar en fines, la que cree que si algo deviene tecnológicamente posible debe hacerse (así se trate de lanzar una bomba atómica sobre Hiroshima o de manipular los genes para crear una "nueva raza" de superhombres), la que profesa los nuevos dogmas teológicos segun los cuales hay que adorar irrestrictamente a los ídolos modernos del Mercado, el Estado, las Multinacionales, el Poder o el Dinero, deidades cuyo culto es administrado por nuevas categorías sacerdotales constituidas por financistas, tecnócratas, académicos, estadistas y científicos con sus batas blancas rituales a modo de modernas mitras, y que profesa como respuesta a la incertidumbre y desolación del ser humano las Nuevas Cosmogonías del Big Bang.

No es posible para la mentalidad impuesta por la Tecnocracia dominante, admitir que la ciencia no tiene todas las respuestas. Sería confesar un fracaso. Entonces se nos enseña la Nueva Cosmogonía del Big Bang, que instaura una narrativa universal vacua, incapaz de explicar nada pero que pretende describirlo todo. Ese "todo" nació de la nada, sin que se nos pueda decir cómo ni por qué, a partir de un punto matemático, hace 13.500 millones de años.  Como un conejo salido de la galera, apareció de pronto el espacio y comenzó a expandirse y en su interior el plasma indiferenciado se convirtió en materia que fue agrupándose en nubes de polvo, estrellas y galaxias por efecto de la ley de gravedad. El universo es finito pero ilimitado y más allá de su finitud, curvada sobre sí misma,no hay nada, o si hay algo se desconoce. El tiempo comenzó a correr junto con el espacio que se expandía, ya que en la singularidad matemática no había tiempo. Nadie puede explicar la expansión ni qué fuerzas la desencadenaron e impulsaron, ni por qué, ni qué había cuando no había ni siquiera tiempo, ni si hay uno o varios universos paralelos, ni si además de las cuatro dimensiones del continuum espacio tiempo hay más dimensiones, ni si el universo continuará su expansión hasta agotar toda la energía en el vacío helado o si la expansión se frenará y comenzará a contraerse hasta volver a su origen invirtiendo la flecha termodinámica y haciendo que el tiempo empiece a correr para atrás....

          La Nueva Cosmogonía Cientificista termina por brindarnos un relato tan absurdo y fabuloso como el mito de Cronos, la leyenda de Gilgamesh, el diluvio universal, Adán y Eva o los infinitos ciclos de los hindúes. Sólo que nadie se atreve a admitir que la ciencia no tiene la respuesta del origen y destino del universo, lo desconoce por completo y lo que sostiene al respecto es una versión aggiornada del "fiat lux" del Génesis, pero que se considera más evolucionada porque reemplaza un mito religioso humano por un mito científico deshumanizado. 

           Nadie se atreve a admitir que la ciencia no puede responder a las cuestiones esenciales de nuestra existencia, que son de naturaleza ética, espiritual o moral, es decir, que se encuentran fuera del escalpelo y el microscopio. No hay ninguna ley cientifica que demuestre que "no matarás" es mejor que el asesinato, y ningun estudio de las neurociencias que pueda explicar en plenitud el complejo comportamiento humano, ni el goce ante el arte, ni la emoción del amor o el altruismo. Pueden dar vuelta el cerebro del derecho y del reves y no encontrarán una neurona ni una dendrita que explique la bondad de alguien, su dulzura o su compasion, aunque es posible que un trastorno mental explique su hijaputez. El culto irracional a la ciencia es sumamente peligroso y falso porque lleva a olvidar o menospreciar otras dimensiones de lo humano y de la naturaleza.

     La exaltación acrítica de la tecnocracia y la razón instrumental que ha conducido al mundo a dos guerras mundiales catastróficas, a la bomba nuclear y a la devastacion planetaria y que ha ocasionado en un siglo más muertes que todas las guerras de religión juntas, ha sido denunciada por pensadores de primera magnitud, como Jung en sus indagaciones psicológicas (en las que alertaba contra la fe irracional en la ciencia y la consiguiente pérdida de la espiritualidad humana), Heidegger en sus escritos precursores del ecologismo, Adorno y Horkheimer en la Dialéctica de la Ilustración (Adorno solía decir que el progreso de la razón instrumental ha consistido en pasar del arco y la flecha a los misiles con ojivas nucleares), Albert Camus en sus reflexiones dostoieskianas, o, en el mundo hispanoparlante, Ernesto Sábato. 

               Pero contra esta inhumana e irracional Religión del Progreso Tecnocrático no se puede hablar, pues sus inquisidores han instaurado una censura impenetrable. Podemos hablar de las perversiones sexuales y abusos de poder de los Papas renacentistas, afortunadametne extintos, de la Inquisición, la quema de herejes y la venta de indulgencias, pero jamás cuestionar la base del Moderno Sistema Religioso instaurado por las Corporaciones Imperialistas Tecnocráticas que gobiernan el mundo hoy y lo arrasan a sangre y fuego para exprimir hasta la ultima gota de sangre en forma de recursos a los pueblos pobres y al castigado planeta. 

             En este marco, hasta un personaje tan desprovisto de poder real como el Papa Francisco terminó por convertirse en un incómodo baluarte contra la deshumanización. Los desgajados restos del catolicismo, decadente y en descomposición, siguen molestando a la actual estructura de poder y siendo blancos de ataques denigratorios de la extrema derecha utlrarreaccionaria que clama contra el "Papa comunista".


4)LA ADVERTENCIA DE ORÍGENES DE ALEJANDRÍA

    Como Maestro Espiritual de la Humanidad que predicó verdades incómodas de manera militante y reclamando un compromiso radical con ellas, era inevitable que la figura de Jesús fuese objeto de ataques encarnizados, a veces directos y a veces velados, comenzando por la traición monumental de su propia Iglesia cuando devino instrumento de poder y distorsionó sus doctrinas en forma escandalosa. En mi libro ya citado, "Anticristo, historia de una profecía jesuítica sudamericana", relato la transformación operada en el cristianismo desde sus comienzos marginales hasta su adopción como religión oficial del Imperio Romano, y no insistiré sobre este aspecto aquí.

     Escribió Orígenes en el siglo tercero, en su libro "Contra Celso":

     “Todavía se le siguen levantando a Jesús falsos testimonios, y mientras exista la maldad entre los hombres, no habrá momento en que no se lo acuse. Y por lo que a Él atañe, también ahora calla y no responde con su voz; pero es de­fendido por la vida de sus genuinos discípulos, que es el más fuerte clamor, más potente que todo falso testimonio, para refutar y echar por tierra falsos testimonios y acusaciones.” 

    Resultan oportunas las palabras de Orígenes porque, desde algunos sectores de la investigación histórica sobre Jesús, y bajo pretensiones de "cientificidad", de "neutralidad académica", de "no apologética", se enmascara en realidad el consabido rosario de ataques burgueses contra Jesús que vienen desplegándose desde el siglo XVIII. 

     Ya no se presentan como las burlas voterianas ni como impugnaciones ideológicas nietszcheanas, hechas a cara descubierta y con desparpajo sino que se revisten de la seriedad y solemnidad de estudios "críticos" de naturaleza meramente "filológica" e "histórica".

           Por supuesto, no hemos de poner a todos los estudiosos en la misma bolsa: los hay de gran mérito y honesta perspicacia. Pero enunciemos brevemente algunos tópicos de la apologética anticristiana moderna, que promueve "mitos seculares de rebajamiento" con la mira de negar o disminuir la importancia de Jesús como guía espiritual, reformador religioso, innovador ético, orientador e inspirador de la conducta humana.

    Se pretendió caracterizarlo como:

-un invento literario de los evangelistas;

-un "profeta fracasado" que falló en su intento de encumbrarse en líder de Israel y pagó su fracaso con su vida;

-un nacionalista exclusivista, violento y odiador que quería pasar a degüello a todo el que no fuera judío para restaurar mágicamente el trono de David y expulsar a los romanos con ayuda de las huestes celestiales, ya que no había tenido la capacidad de formar un ejército para ello;

-un zelote furibundo y sanguinario al estilo de Judas el Galileo o Bar Kochba;

-un mediocre judío que no creó nada nuevo, sino que se limitó a repetir los maravillosos hallazgos éticos de los rabinos Hilel y Shamai, negándosele toda originalidad o capacidad de innovación;

-un invento teológico de San Pablo que habría sido el verdadero innovador religioso, usando a Jesús como una suerte de monigote deificado, al modo del teólogo que describe un célebre poema de Baudelaire, quien increpa al Crucificado: "estás en todos los altares porque yo de exalté con mi inteligencia, pues si te hubiera combatido hoy nadie te recordaría, pobre feto de flacura irrisoria".

-Etcétera. 

    Se presentan como "teorías científicas" lo que en realidad son conjeturas sesgadas, no apoyadas en pruebas históricas, sino en prejuicios y hostilidad hacia la figura de Jesús.

     Se trata de interpretaciones llamadas a sí mismas "críticas", que en algunos casos intentan acomodar las fuentes a hipótesis preconcebidas para demostrar que los evangelios dicen lo contrario de lo que dicen; y en otros casos aparecen teñidas de improntas ideológicas anti jesuanas, pese a que sus autores han dedicado sus vidas y carreras al estudio del personaje, detentan cátedras bien remuneradas y venden muchos libros como best sellers, teniendo como tema al "profeta fracasado". ¡Tan fracasado no sería, desde que les da de comer a tantos académicos veinte siglos después!...

    Vamos a analizar algunas de estas conjeturas ideológicas anti cristianas y demostrar su falsedad, no porque defendamos una postura confesional (el autor de esta nota es ateo), sino porque defendemos la búsqueda de la verdad histórica en contra de los mitos, ya se trate de mitos teológicos de exaltación  o de mitos seculares de rebajamiento.

5) LOS LIMITES DEL JESUS HISTÓRICO: LAS ADVERTENCIAS DE CARR, JUNG Y RATZINGER.

                En su famoso ensayo "¿Qué es la historia?", Edward H. Carr alerta contra la pretensión positivista de alcanzar una "verdad objetiva" en la ciencia histórica, por tratarse de una materia profundamente imbuída por las valoraciones subjetivas e ideológicas.

                En "Picoanálisis y religión", Jung añade nuevas dicifultades específicas de las figuras elevadas al rango de arquetipos, en las que la biografía del personaje histórico termina pasando a un plano muy secundario. 

             "Cristo vivió una vida concreta, personal y única, que en todos sus rasgos esenciales tenía a la vez carácter de arquetipo -dice Jung-. Este carácter reconócese por las múltiples relaciones entre los detalles biográficos y motivos místicos de amplia difusión. Tales relaciones innegables explican por qué la investigación de la vida de Cristo choca con tantas dificultades en su empeño de extraer de los relatos de los Evangelios una vida individual despojada del mito. En los propios Evangelios los relatos de hechos, la leyenda y el mito hállanse entrelazados en un todo que precisamente constituye el sentido de los Evangelios. Este carácter de totalidad se pierde tan pronto se intenta separar con el escalpelo crítico lo individual y lo arquetípico. La vida de Cristo no es ninguna excepción, pues no pocas grandes figuras históricas han realizado de modo más o menos patente el arquetipo de la vida heroica con sus peripecias características. Pero, inconscientemente, también el hombre común vive formas arquetípicas que, sólo a causa del general desconocimiento psicológico no se hacen más visibles. Inclusive los fugaces fenómenos oníricos transparentan a menudo una formación claramente arquetípica. En rigor, todos los sucesos psíquicos fúndanse en el arquetipo y hállanse entretejidos con él de tal suerte que, en cualquier caso, requiérese un notable esfuerzo crítico para deslindar con seguridad el tipo y lo que se da una sola vez. De ello resulta que, en definitiva, toda vida individual es al propio tiempo la vida del eón de la especie. Lo individual es en todos casos "histórico" por hallarse rigurosamente vinculado con el tiempo. En cambio,relación entre tipo y tiempo es indiferente. Pues bien, siendo la vida de Cristo en alto grado arquetípica, en igual medida representa la vida del arquetipo. Pero como el último constituye el supuesto inconsciente de toda vida humana, su vida evidente revela también la vida fundamental, secreta e inconsciente de todo individuo, o sea, que lo que acontece en la vida de Cristo se da siempre y por todas partes; lo cual equivale a decir que toda vida de esta índole hállase preformada en el arquetipo cristiano y de continuo vuelve a expresarse en él, o se expresa de una vez."

            Por su parte, Joseph Ratzinger, en su análisis del Jesús histórico, señala que la indagación académica ha alcanzado en cierta manera sus límites. Y tiene razón, no sólo porque se le escapa parte de la riqueza de dimensiones del fenómeno religioso, sino también por la limitación del material que analiza. Mientras no se disponga de nuevos hallazgos arqueológicos o de nuevos documentos que revolucionen los conocimietnos existentes, como ocurriera con los manuscritos de Nag Hamadi o los rollos del Mar Muerto, todo termina convirtiéndose en un juego intelectual de eruditos que giran y giran en torno a una evidencia material limitada. 

6) ¿QUÉ DEBEMOS DESCARTAR AL INVESTIGAR A JESÚS?

               Si bien ya no quedan sino muy pocos investigadores que pongan en duda la existencia histórica de un personaje llamado Jesús, lo que podemos aseverar con certeza histórica, ante la limitación de los materiales y la densidad mìtica del arquetipico, es muy poco. Las circunstancias de su vida no son claras, están llenas de lagunas y relatos legendarios y milagrosos que no pueden ser admitidos como verdaderos. Antes de abordarlas, debemos descartar un grupo de hechos que a primera vista lucen como falsos:

1)los que violan las leyes naturales (ejemplo: el nacimiento milagroso de una virgen o la resurrección de los muertos o la del propio Jesús). No se niega el derecho del creyente a aceptar tales hechos como artículos de fe, pero no son históricamente defendibles.

2) las afirmaciones que claramente contradicen los datos existentes (por ejemplo, la pretensión de Lucas de que su nacimiento habría ocurrido durante el censo de Quirino: Jesús nació unos doce años antes de dicho censo y se trata de un grueso error del evangelista).

3) las afirmaciones lanzadas con el visible fin de demostrar que Jesús era el Mesías adaptando su vida  a las profecías mesiánicas (por ejemplo, el supuesto nacimiento en Belén, que resulta altamente improbable, o las circunstancias detalladas de su crucifixión, que están tomadas por el evangelista Marcos del Salmo 22, y repetidas por los otros evangelistas sobre su molde, para demostrar que ese salmo se cumplió en la persona de Jesús).

4) las afirmaciones que pretenden llenar lagunas mediante inferencias no probadas (por ejemplo, todas las relativas a los años iniciales de Jesús, de los que nada se dice en los evangelios, y que han llevado a hipótesis tan inverificables como un aprendizaje místico en la India o estudios ocultistas en Egipto).

    Como se ve, incluso lugares comunes que se aceptan tradicionalmente sin discusión hoy no pueden considerarse históricos. La mayoría de los historiadores serios ve el nacimiento en Belen como un invento para demostrar que se cumplió la profecía mesiánica, considerando más probable que naciera en Nazareth.

    Otros hechos, que podríamos considerar no históricos por ser milagrosos, parecen tener cierta base real deducible mediante inferencias lógicas: por ejemplo las curaciones de Jesús. No hay motivos válidos para descartarlas ipso facto como "milagrosas" y contrarias a las leyes naturales, desde que sabemos que el ser humano es una unidad de cuerpo y mente, que existen las afecciones psicosomáticas y que el estudio de las histerias en el siglo XIX comprobó la existencia de enfermedades físicas producidas por la psiquis, como la paralisis y la ceguera histérica, que convierten al paciente en discapacitado y pueden ser curadas mediante sugestión e hipnosis. En las áreas rurales y periurbanas de todo el mundo existen chamanes, curanderos y sanadores que curan enfermedades psicosomáticas mediante sugestión. De manera que descartar las curaciones de Jesús no parece un criterio científico aceptable, y hay argumentos a favor de su historicidad. Suetonio cuenta que Vespasiano, el sofocador de la primera revuelta judía, curaba la ceguera mediante la aplicación de barro con saliva al ojo del paciente: es claro que se trata de un invento propagandístico de Suetonio, pero la semejanza con el método curativo de Jesús sugiere que la tradición de estas curas existían en Judea en tiempos en que Vespasiano anduvo por allí combatiendo, y puede considerarse posible que los romanos se hayan apropiado de la tradición de un milagro atribuido a Jesús o a algun otro predicador judío. Esto es muy poco concluyente, pero cuando leemos en "Contra Celso" que el polemista anticristiano del siglo segundo afirma haber hablado con rabinos que le dijeron que Jesús realizaba curaciones por medio de artes mágicas aprendidas en Egipto, advertimos que existe una tradición de curaciones sostenida, no por sus seguidores, sino por sus enemigos. Al parecer, algunos judíos del siglo segundo rechazaban que Jesús hiciera sus curaciones por el poder de Dios, pero no negaban las mismas. Ese es un buen argumento para sostener que posiblemente curaba mediante sugestión algunas enfermedades y que tambien realizaba exorcismos aliviando la condición de algunos enfermos mentales sugestionables.

          En resumidas cuentas: los criterios para decidir si un hecho es histórico o se trata de una leyenda requieren examinar las fuentes de manera crítica y razonada y con sentido común.

    Los estudiosos elaboraron una serie de "criterios" que permiten formular hipótesis sobre la historicidad de un hecho relacionado con Jesús, pero tales criterios o reglas son muy precarios y deben ser utilizados con extrema cautela. 

Uno especialmente resulta muy peligroso por su tendencia per se denigratoria: el criterio de dificultad

7) PELIGROS DENIGRATORIOS DEL CRITERIO DE DIFICULTAD

    . Se dice, con razonabilidad, que cuando un escrito apologético sostiene un hecho o un dicho que compromete o está en contradicción con una afirmación teológica o de fe de los cristianos, hay muchas  probabilidades de que sea cierto, ya que genera dificultades al relato oficial. Se razona que ese hecho era tan verdadero que los evangelistas no pudieron negarlo. Este criterio puede ser provechoso en algunos casos. Por ejemplo, para el dogma católico de la virginidad perpetua de María resulta un estorbo la afirmación de los Evangelios de que Jesús tenía hermanos, y Jerónimo tuvo que inventar en el siglo cuarto la versión alambicada e insostenible de que en realidad eran primos. Hoy pocos estudiosos dudan de que eran hermanos carnales de Jesús, y se admite que en este punto los evangelios dicen la verdad, pues de lo contrario no habrían afirmado algo que resulta tan embarazoso para un dogma teológico oficial. De la misma manera, se admite sin dudas que Jesús fue bautizado por su primo Juan el Bautista, pues ese hecho, relatado por los evangelistas con ciertos "adornos" para hacerlo más potable (la paloma que baja del cielo, la admisión de Juan de que Jesús es más grande que él y no merece ni desatarle el calzado, etcétera) está en abierta contradicción con la idea del Hijo de Dios preexistente desde el comienzo de los tiempos y libre de pecados, que como tal no necesitaba bautizarse para purificarse, lo que nos lleva a pensar que el batuismo en cuestión fue real y que los evangelistas no pudieron omitirlo pese a las dificultades que les generaba.

    Pero este criterio no es una "regla automática" que permita deducir la verdad o mentira de un hecho sobre la base de la mera dificultad, pues ello llevaría a poner en duda las afirmaciones que armonizan con la imagen "oficial" de Jesús y sostener como veraces sólo aquellas que parecen contradecir tal imagen. Si Jesús dijo "no resistáis al mal con violencia, entregad la capa al ladron, amad y perdonad a los enemigos, bendecid a los que os maldicen", ello no sería tan histórico como la frase "no ha venido a traer la paz sino la espada", entendida, no en un sentido figurado de que su doctrina suscitaría disensiones, sino literal como que buscaba sembrar la guerra. 

    Así es como se montan los "mitos seculares de rebajamiento" en el ámbito del "Jesús histórico": alguna frase suelta o de sentido figurado que engañosamente interpretada podria dejar mal parado a Jesús se convierte en un testimonio histórico veraz, mientras que se pasan por alto todas las otras que dan una imagen positiva porque se las considera "apologéticas"

    Va de suyo que esto no es ciencia sino conjeturas tendenciosas. Con ese criterio deberíamos dar por válidos ciertos evangelios apócrifos de la infancia que sostienen que Jesús mataba niños de manera milagrosa cuando contrariaban sus caprichos y que mató con superpoderes a un maestro que le puso una mala nota. 

    Es evidente que el criterio de dificultad puede ser útil en algunos casos pero no es una prueba de nada, sólo es una herramienta auxiliar en ausencia de pruebas, la cual debe ser utilizada con precaucion para no terminar dando como válida cualquier afirmacion disvaliosa sobre Jesús que contengan los escritos apologéticos y desdeñando las afirmaciones positivas por "apologéticas".

8) ¿QUÉ SABEMOS DE JESUS?

    En resumen, podemos afirmar como histórico lo siguiente:

1) que Jesús existió y no es un invento;

2)que era judío creyente, nacido de padres observantes;

3)que su padre era muy probablemente de ascendencia davídica (Joachin Jeremías analiza la plausibilidad de su supuesta genealogía, la cual no fue negada por los adversarios judíos de su tiempo) y su madre tenía vínculos con la clase sacerdotal y posiblemente era prima de la mujer de un sacerdote, lo cual daba a su familia cierto ascendiente y predicamento a pesar de ser modestos artesanos de un pueblo rural de Galilea;

4) que tuvo cuatro hermanos varones y dos mujeres;

5) que Jesús y sus hermanos varones recibieron una esmerada educación religiosa, pues todos ellos llegaron a ser jefes religiosos o gozaron de predicamento social, comenzando por Santiago el Justo que se convirtió en jefe de la Iglesia designado por los apóstoles y obispo de Jerusalén despues de la muerte de Jesús. Los hijos de José y María tenían un conocimiento bastante profundo de las escrituras, y en el caso de Jesús era de tal naturaleza que le permitía discutir solventemente con fariseos, escribas y doctores de la ley profesionales.

6)que Jesús sabía leer y escribir y posiblemente hablaba tres lenguas con cierta fluidez: hebreo, arameo y griego koiné, en un país que era trilingüe.

7)que la ocupación de José y sus hijos era la carpintería, y que tenian un pasar modesto pero aceptable.

8)que en algún momento después de la muerte de su padre, Jesús decidió abandonar la empresa familiar y dedicarse a la religión, lo que debió ocasionarle algunos conflictos familiares.

9)que fue discípulo de su primo Juan el Bautista en el desierto, adquiriendo de su predicación nociones de tipo escatológico y carismático y la práctica del bautismo previo arrepentimiento para purificación de los pecados.

10)que en algun momento, ya sea de mutuo acuerdo o por diferencias entre ellos, Jesús se separó de Juan el Bautista y se llevó a algunos de discípulos para formar una nueva ala del movimiento que pronto se autonomizó.

11)que a la muerte del Bautista a manos de Herodes Antipas, Jesús pasó a ser la figura religiosa más importante de Galilea y fue extendiendo gradualmente su influencia a Samaria y Judea, aunque cosechando fuertes resistencias y oposición de los sectores tradicionales.

12)que su ministerio se extendió entre un año (segun los evangelios sinópticos) y poco más de tres años (según el cuarto evangelio), siendo más probable esta última cronología porque de otra manera no se explica que hubiera llegado a consolidar su grupo en un tiempo tan corto.

13)que dio a su secta una organización rudimentaria a través de "apóstoles" y predicadores encargados de difundir su doctrina por toda Israel primero y entre los gentiles después.

14)que en una de sus visitas a Jerusalén con motivo de una festividad religiosa, probablemente la Pascua, fue encarcelado por obra de la clase alta judía, juzgado por el Sanedrin con cierta precipitación para evitar disturbios y entregado a poder imperial romano bajo doble acusación de blasfemia y de haberse querido erigir en rey de los judíos (sedición). Todo esto ocurrió bajo la prefectura de Poncio Pilato, quien lo hizo crucificar, en un período de tiempo que oscila entre el año 27 y el 36 de nuestra era. No pueden determinarse las circunstancias de su crucifixion, pues los relatos  de los evangelios parecen reproducir el salmo 22, por lo que posiblemente sean un invento proselitista y no una descripción verídica.

15) que a diferencia de otros líderes ejecutados en la época del Segundo Templo, como dice Flavio Josefo en el "testimonio flaviano", sus seguidores no lo abandonaron pese a la muerte ignominiosa y siguieron creyendo en él. Luego de un tiempo se autoconvencieron de que había resucitado y que era el Mesías anunciado en las profecías antiguas.

16) que no sin luchas internas y disensiones, la primitiva secta judía fundada por Jesús fue ganando adeptos y organizándose y luego se extendió a los paganos incircuncisos, postura defendida por Pablo y Bernabé, apoyada por Pedro y refrendada por Santiago el Justo en el Concilio de Jerusalén del año 50. A pesar de que sufrió constante persecución por parte de las autoridades judías y en varios períodos fue criminalizada por ciertos emperadores romanos, la doctrina cristiana se expandió con rapidez por todo el imperio hasta convertirse en tiempo récord en la religión oficial del Estado.

    No es mucho más que esto lo que podemos afirmar con certeza de la vida de Jesús y las consecuencias iniciales de su predicación.


9)¿POR QUÉ NO PODEMOS DAR FE HISTÓRICA A LAS ANÉCDOTAS Y SÍ A LOS DICHOS?

    El motivo principal por el que no podamos dar fe histórica a muchas de las anécdotas que se relatan en los evangelios es que estos no eran propiamente biografías como hoy las conocemos, sino herramientas de evangelización, y por tanto contaban historias cuya finalidad no era transmitir un dato biográfico sino una enseñanza.

     Por ejemplo, es muy posible que Jesús hiciera un retiro iniciático en el desierto al comienzo de su ministerio. Pero el relato que contienen los evangelios, que hablan de "cuarenta días" como los cuarenta años del pueblo de Israel en el desierto, es simbólico y aleccionador, no histórico. Las tres tentaciones son casi con toda seguridad una parábola inventada por Jesús y contada a sus discípulos para enseñarles el renunciamiento a los halagos del poder. Una interpretación muy atinada del sentido de esta anécdota se encuentra en el cuento "El gran inquisidor" que Dostoieski pone en boca de Ivan Karamazoff.

        Otro ejemplo: el Evangelio de Juan trae el relato de la mujer adúltera salvada de ser apedreada. Algunos estudiosos discuten con argumentos eruditos sobre la historicidad o no de esa anécdota y sostienen que fue añadida a posteriori y por tanto no puede ser un hecho real. Sin embargo, no tiene sentido discutir la historicidad de la anécdota, ya que  su función es transmitir una enseñanza, consistente en no juzgar, no condenar, perdonar los pecados, rechazar el apedreamietno por adulterio y la hipocresía. Tanto pudo haber sido un hecho real como una parábola de las muchas que contaba Jesús, o bien haber sido adicionado por un escriba inteligente que imaginó un episodio inspirado en las doctrinas jesuanas: no tiene importancia ni sentido determinar si ocurrió históricamente. Lo que interesa es que forma parte de las doctrinas de perdón del propio Jesús.

           Cuando el Evangelio relata que Jesús curó al sirviente de un centurión, carece de importancia discutir si eso pudo haber sucedido o no, porque lo interesante de la anécdota es la enseñanza que transmite: Jesús no desdeña hacer un milagro a favor de un gentil incircunciso. Este es el contenido doctrinario relevante.

            Siempre los Evangelios fueron utilizados así como material de predicación: se lee una anécdota,  se reflexiona acerca de ella en los sermones y se intenta desentrañar su significado.

            Podemos asimilar las anécdotas de los Evangelios con las parábolas que el propio Jesús relataba para enseñar su doctrina: cumplir exactamente la misma función. No discutimos si existió o no el hijo pródigo porque sabemos que es una invención para ejemplificar una enseñanza. Un criterio similar podría aplicarse a todas las historias de los evangelios aunque no se presenten como parábolas: son herramientas de adoctrinamiento e instrucción. Los estudiosos adoptan muchos pasajes que son verdaderos "midrash" o comentarios de ética y sabiduría intercalados en el Nuevo Testamento. 

Lo último que podemos decir antes de cerrar esta primera parte es que hay un material anterior a los Evangelios y que fue resguardado por estos en mayor o menor medida: son los dichos o "logias" de Jesús recogidos por sus discípulos y que, según los estudiosos, habrían conformado una suerte de recopilación a la que llaman el documento "Q". Si bien se trata de una hipótesis no comprobada ni aceptada unánimemente, hay motivos para suponer que esa suerte de "protoevangelio" existió, y el mismo habría sido tenido en vista por los evangelistas. En esos documentos hoy perdidos, pero quienes ecos subsisten en los textos conservados, se consignaron la esencia de las enseñanzas de Jesús, que aparecen reflejadas también en otros escritos posteriores, como la epístola atribuida a su hermano Santiago el Justo, donde se desgranan con otra redacción frases similares a las recogidas en los sermones de los Evangelios. También hay una recopilación de dichos en parte coincidente con los dichos canónicos en el Evangelio apócrifo gnóstico de Tomás.

    Esto significa que, además de los muy escasos hechos que podemos calificar de verídicos sobre la vida de Jesús, hay un material concerniente a sus doctrinas que se encuentra muy bien establecida y que permite afirmar grandes rasgos, como luego veremos, que Jesús fue un reformador religioso que podrá reinterpretar la ley judaica sobre la base de una manera de novedosa de combinar opiniones de las distintas sectas judías e incorporar sus propias innovaciones .

    Fue materia de su predicacion o doctrina:

-una reinterpretación integral de las obligaciones religiosas, dando más importancia a la espiritualidad y la conversión interior que al cumplimiento mecánico de ritos externos;

-un abandono de los criterios tradicionales de pureza e impureza a favor de la pureza interior y el arrepentimiento;

- la prédica de lo que se dio en llamar "la ley del amor", y que tiene como base el amor al prójimo, vale decir, la caridad, la solidaridad activa con los sufrientes y los desamparados (enfermos, presos, mujeres, viudas , niños, leprosos, etcétera).

-el abandono total de la Ley del Talión, del ojo por ojo, y su reemplazo por el perdón y la misericordia;

-la doctrina de que no basta con amar a los amigos sino que se debe amar a los enemigos, perdonar a los perseguidores y bendecir a los maldecidores: retribuir el mal con bien;

-la doctrina de la no resistencia al mal con violencia y el rechazo de la violencia como método (tengamos presente que tanto Tolstoi como Ghandi y Nietszche, arriba citado, descubrieron que este era el aspecto central de la enseñanza jesuana);

-la reivindicación de la humildad y la pobreza y la condenación de la soberbia y la riqueza;

-la exigencia, para los seguidores, de un compromiso total con la causa;

-la inserción social activa frente al anacoretismo de Juan o de los esenios;

-el igualitarismo derivado de la paternidad común de Dios y el consecuente rechazo de la discriminación;

-la naturalidad de la vida, prescindiendo de lujos y superfluidades;

-la confianza en Dios y el rechazo del temor por el futuro;

-el desprendimiento de los bienes materiales;

-el anuncio del Reino de los Cielos como utopía realizable mediante la transformación del corazón del hombre.

-el desprecio por el poder temporal y las peleas políticas de su tiempo;

-la reinvindicación de la dignidad humana esencial.

-la importancia de la fe sin desdeñar por ello los bienes de la vida.

-el desprecio de la regulación ritual de la conducta mediante los 613 mitzvot fariseos que Jesús calificó de "mandamientos de hombres y no de Dios" y que eran acatados mecánicamente en una suerte de "trastorno obsesivo compulsivo colectivo" por los fariseos.

-reinterpretación de lo que podía o no hacer en sabbat, en disidencia con la interpretación predominante;

-defensa de las mujeres frente a las normas morales patriarcales (rechazo del divorcio por motivos fútiles a voluntad del marido, negativa al apedreamiento de la adúltera, admisión de las mujeres con participación activa entre sus fieles, etcétera).

-defensa y exaltación de los niños:

-rechazo de la hipocresía social.

    Esta enumeración es ejemplificativa. Luego analizaremos su doctrina con mayor profundidad y veremos cómo se intenta negarla y deformarla en ciertas hipótesis académicas que presentan un Jesús vengativo, violento, nacionalista exclusivista, belicista, promotor de una sublevacion armada, etcétera.


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