LOS ÁNGELES DE LA DESTRUCCION - PorJavier Garin - historias del Fin del Mundo-
por Javier Garin 1 Llegaron al caer la tarde, en un automóvil curtido de kilómetros, fatigado de rutas, con manchas de libélulas en los parabrisas y olor de hierro caliente bajo el capot. El sol se estaba poniendo al final de ese camino moribundo, que ya pocos transitaban desde la inauguración de la autopista. Era la hora en que todo concluye, en que nada puede suceder. Mordiendo los guijarros de la playa de estacionamiento, el automóvil se detuvo frente al bar vacío. Bajaron. Eran dos. El más alto vestía un abrigo de cuero. El otro, grueso y retacón, una campera de jean. Sacudieron las piernas y estiraron los brazos como cualquier automovilista después de una larga jornada. No había en ellos nada que diera una idea de su verdadera naturaleza o propósito. Como todo viajero, tenían la cara sucia, el pelo gris de polvo; parecían ansiar el baño y sufrir dolor lumbar